Es temporada de retiros en nuestra parroquia y si eres coordinador, seguramente tienes mil pendientes en la cabeza. Arturo Adame, actual seminarista y ex coordinador general de Confirmaciones Domingo, nos comparte esta interesante guía de «Cómo arruinar un retiro». 

 

Arturo Adame

«El kerigma es la prioridad en la tarea misionera de la Iglesia, y la responsabilidad más trascendental para la vida plena de los cristianos y de la comunidad eclesial.

Si se descuida esto estará todo flojo, débil, estéril, sin consistencia ni vitalidad, sin irradiación contagiosa».

-P. Navarro, fundador del Sistema Integral de Nueva Evangelización.

El kerigma es el anuncio de la buena noticia que se proclama con fuerza desde el tiempo de los apóstoles hasta nuestros días: Jesús es el  nos amó hasta el extremo de entregar su vida por nosotros, resucitó y ahora nos da una vida nueva.

Este anuncio ha cambiado la vida de millones de personas a través de la historia. Más que un anuncio, el kerigma es un acontecimiento,“es el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre.

En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte» (Evangelii Gaudium, núm. 164).

Pero el anuncio de esta noticia muchas veces se descuida, se hace sin ganas o sin saber bien de qué se trata o lo que implica. En mi experiencia participando en retiros, me he topado que hay errores muy comunes que son fáciles de evitar, si se sabe cuáles son y cómo evitarlos. Porque si el retiro no logra el objetivo (una conversión y adhesión a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo), entonces todo el esfuerzo fue en vano.
He aquí entonces, algunas maneras de cómo arruinar un retiro. 

 

Antes del Retiro

Piensa que todo depende de tu esfuerzo.

Un sacerdote nos contaba que así actúa Satanás con los servidores: convertirnos en activistas católicos, demasiado ocupados para orar (¡sobre todo en la última semana antes del retiro!). Nos preocupamos por mil pendientes y se nos olvida que la obra es de Dios, Él es el autor y el más interesado en que el retiro sea un éxito. Él es el autor, nosotros solamente somos sus instrumentos: sin Él nada podemos. Pero con Él, habrán frutos abundantes, ¡eso es lo que el Padre quiere!

Recuerda las palabras de Jesús:“Muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria…» (Lc 10, 38ss).  Lo primero es estar a sus pies, a su disposición. Como dice la Evangelii Gaudium, «si bien esta misión nos reclama una entrega generosa, sería un error entenderla como una heroica tarea personal, ya que la obra es ante todo de Él, más allá de lo que podamos descubrir y entender. Jesús es «el primero y el más grande evangelizador». En cualquier forma de evangelización el primado es siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu»  (núm. 12) .

 

 

Piensa que todo depende sólo de Dios.

Cuidado, hay quienes usan este punto anterior como una excusa para no hacer nada. Pero esta es una actitud incorrecta. A veces se usa el “¡Dios proveerá!”para cubrir nuestra falta de preparación. Sí, Dios proveerá. De hecho, ya lo hizo: te entregó una inteligencia, un corazón y una voluntad. Que no te pase lo que a aquél siervo que enterró sus talentos (Mt 25, 14ss), ¡a trabajar! Dios no obra en nuestra pasividad, sino en nuestra actividad (¡también orar es hacer algo!). Benedicto XVI decía que somos cooperadores del Espíritu Santo: de Él es la obra, pero debemos poner de nuestra parte y cooperar con Él.

Dios actúa dándonos la fuerza para actuar cuando se la pedimos. En resumen, recuerda la fórmula de San Agustín: «Dame, Señor, lo que me pides, y pídeme lo que quieras».

 

 

 

No te prepares.

Sin oración ni estudio, sin una conversión personal y un testimonio de vida coherente, no se puede evangelizar. No hay excusa para la  pereza o negligencia. Y si no has tenido una experiencia personal con Jesús como tu salvador, tu amigo y tu Señor, entonces pídela antes de compartirla a los demás. En palabras del Papa Francisco: «Si en nuestro corazón no existe el calor de Dios, de su amor, de su ternura, ¿cómo podemos nosotros, pobres pecadores, enardecer el corazón de los demás?» (Sep 13, 2013).

No dar testimonio o tener una doble vida.

Uno de los más grandes reclamos que le hace el mundo de hoy a la Iglesia es su falta de coherencia: decimos una cosa y hacemos otra. Efectivamente, nadie de nosotros es perfecto y no se trata de cuidar las apariencias solamente (¡eso sería ser sepulcros blanqueados!). Se trata de ser auténticos, ser sinceros con Dios, con nosotros y con los demás (tu comunidad y los catecúmenos). Hay quienes piensan que pueden llevar una doble vida y no pasa nada, pero esto es una mentira. Lo que hagamos influye en los demás, para bien o para mal.

Los Papas han insistido mucho sobre esto: la evangelización se lleva con una vida coherente. Yo he sido testigo personal de cómo jóvenes nos dicen «No les creo nada. Porque yo conozco a uno de ustedes los servidores que hace lo que ustedes dicen que no hagamos». Si no hay coherencia de vida, el mensaje no se lo cree nadie e incluso se crea un repudio contra el retiro, contra el grupo, y muchas veces contra la Iglesia. Insisto, no se trata de cuidar sólo las apariencias como los fariseos, sino de ser auténticos y ayudarnos con la gracia de Dios y nuestros hermanos y así seremos luz del mundo. Recuerda que “las palabras convencen, pero los testimonios arrastran”.

 

No prepares a los jóvenes para el retiro.

Los chavos tienen que ir informados (que sepan a lo que van), motivados (con ganas de vivir el retiro) y convencidos (que vayan por propia voluntad). Si el kerigma es la semilla que lanza el sembrador, la tierra donde caerá esa semilla son los corazones de los chavos, que debemos ir preparando durante todo el curso. Si algún chavo no cumple ninguna de estas tres características, el mensaje difícilmente echará raíces en él. ¡Que nadie vaya obligado!

Durante el Retiro

Además de lo ya mencionado, durante el retiro es necesario cuidar que tanto predicadores como coordinadores eviten hacer lo siguiente:

Predicadores:

  • Hacer el tema muy largo, aburrido y tedioso, que lea mucho…
  • Predicar con “cara de pepinillo en vinagre”.
  • Dar una exposición (técnica, fría) en lugar de una proclamación (desde el corazón y con fuerza)
  • Que no entienda su tema o no haya estudiado y por lo mismo se le note nervioso.
  • Hablar de otros temas en lugar del que le toca. Que se le vaya mucho tiempo en recapitular los demás temas en su introducción y no entre de lleno al suyo.
  • Dar un tema basado en los ejemplitos, historias o en su testimonio, y no en el contenido sólido y profundo del tema.
  • Dar un tema sin ejemplos, ni historias, ni su testimonio.
  • Que hable muy elevado o que sea muy infantil.
  • Que solamente busque hacer llorar o solamente busque hacer reír.
  • Dice el P. Cantalamessa que traiciona a Jesús quien se preocupa más por la aprobación de la audiencia que por participar en el plan del Salvador. (Homilía del Viernes Santo, 2014).
  • Recuerda que tanto el contenido (el qué) como la manera de predicarlo (el cómo) entran en juego. Una guía segura es lo que dicen los obispos de Chile acerca de esto:

No es lícito decir -con algunas tendencias del mundo protestante y evangélico- que el kérygma es la predicación que, independiente de su contenido, se actualiza en el hoy del destinatario por la fuerza, obra del Espíritu, que reside en el acto de predicar la palabra. Tampoco es lícito decir -con algunas tendencias del mundo católico- que es sólo su contenido, algo así como la esencia misma del evangelio, restando efectividad a la palabra de Dios en cuanto proclamación.La aceptación de la Palabra no sólo se juega en el acto de proclamar ni sólo en la integridad del contenido, sino también en el empuje apostólico del que exhorta y de su testimonio transformado en signo de la llamada de Dios que abre a la salvación (1 Tes 2,12).

(Fuente: El Kerygma Según el Nuevo Testamento, Conferencia Episcopal de Chile).

 

La solución es muy sencilla: si oras y escuchas la Palabra de Dios, si tienes una relación personal con Jesús y estudias tu tema, sientes unas ganas enormes de compartirlo con pasión y alegría. Te pasará como a Pedro y a Juan, que simplemente no podían callar lo que habían visto y oído. ¡Ánimo!
Pastorcitos o coordinadores:

  • Que piensen que su trabajo es menos importante que el del predicador, y por lo mismo no se preparen. Ellos son los más importantes del retiro, porque serán los que tengan el contacto directo con el chavo.
  • Que hable mucho y no deje hablar a los catecúmenos en los acompañamientos. Recuerda: habla menos, escucha más.
  • Que empiece a hablar de otros temas en el acompañamiento, o que empiece a dar una catequesis o que repita o corrija al temista.
  • Que la entrevista personal sea al vapor, sin acercamiento.
  • Que sea distante, regañón, que no conozca a sus chavos…
    «…todo adoctrinamiento ha de situarse en la actitud evangelizadora que despierte la adhesión del corazón con la cercanía, el amor y el testimonio.» (Evangelii Gaudium, 42).

 

 

Después del Retiro:

Una vez pasado el retiro no hay que bajar la guardia. También se puede arruinar un retiro una vez que haya concluido

No darle seguimiento al retiro.

Si lo proclamado en el retiro no echa raíces, entonces se seca. Hay que basarnos en el kerigma y seguir construyendo sobre eso. “El envío misionero del Señor incluye el llamado al crecimiento de la fe cuando indica: «enseñándoles a observar todo lo que os he mandado» (Mt 28,20). Así queda claro que el primer anuncio debe provocar también un camino de formación y de maduración. La evangelización también busca el crecimiento, que implica tomarse muy en serio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella. (Evangelii Gaudium, No. 160).

 

No dar a conocer las dificultades ni cómo perseverar.

No caigamos en el engaño de decirles a los chavos que todo va a ser color de rosa a partir de ahora y que ya con Dios no van a tener problemas nunca. Hay que hablarles claro: los problemas pueden seguir ahí, pero sentiremos cómo Dios está con nosotros siempre, y eso hace toda la diferencia del mundo. Hay que perseverar ante las dificultades: “Sólo el que persevere hasta el fin se salvará” (Mt 10,22).

Conclusión

Pues bien, hasta aquí algunas maneras de cómo echar a perder un retiro, para poder evitarlas. Muchos son errores que yo mismo cometí, ¡espero que mis errores puedan servirte a no caer en lo mismo!
Desde luego, Dios nunca deja sus cosas tiradas y es capaz de «sacar hijos de Abraham incluso de las piedras». Incluso de retiros o cursos desastrosos, Dios puede llamar a los que Él quiera, por muy pobres que sean los instrumentos. Sin embargo, nosotros debemos de ser responsables con la tarea que nos toca.

 

Dios nos invita a cooperar con Él y dar lo mejor de nosotros para poder compartir este regalo con los demás, con la alegría y toda la fuerza que viene de su Espíritu Santo que nos impulsa. Así que, ¡cuidado con estos descuidos y a predicar con poder lo que hemos visto y oído! (cf. 1 Jn 1, 1ss).
¡Que Dios te bendiga, oro por ti!
¡Mucho ánimo y fuerza!


Basado en Taller 2: El kerigma ¿garantía de perseverancia? Por Raúl Matienzo Cruz MC

Publicado con autorización de autor Arturo Adame.