Aún no comenzaba el curso y tu de seguro ya te preguntabas cuándo sería la fecha del retiro. Y seguramente cuando supiste, lo anotaste en el calendario para esperarlo como si fuese navidad o tu cumpleaños. Sin duda los retiros nos ayudan mucho, apartamos un tiempo especial para Dios y para nuestro crecimiento en comunidad, pero ¿podrá convertirse en otra cosa? 

Al hablar de la historia de los retiros, es común traer a la mente a San Ignacio de Loyola, aquel soldado deseoso de encontrar a Dios, apartándose de toda su vida como servidor de la corona. San Ignacio, por medio de un gran proceso de oración y descubrimiento de Jesús en las Sagradas Escrituras, nos heredó Los Ejercicios Espirituales, los cuales se recomiendan vivir de 28 a 30 días ¡Esto si que es un retiro! Aunque hoy en día se pueden encontrar diferentes maneras con algún sacerdote de vivirlos semana a semana sin dejar por completo nuestra rutina.

Pero quizás los retiros que has vivido no han sido de tantos días, quizás tu primer retiro fue en confirmaciones o si estás en alguna escuela católica, seguramente ya has tenido algunos. Y es que para empezar, es bueno comentar que existen diferentes tipos de retiros, que en pocas palabras son tiempos especiales, cortos o largos, continuos o pausados que escogemos dedicar para el encuentro con Dios, mejorar nuestra espiritualidad, buscar nuestra vocación o bien, profundizar en algún tema de fe.

Si tuviste algún retiro y te gustó mucho, lo más probable es que quieras volver a vivir uno igual o similar, quizás por alguna dinámica, un tema, un video o alguna oración. A veces entramos a un grupo o alguna comunidad con la esperanza de volver a vivir este retiro por revivir algún punto del mismo y no por que nos haga crecer, ¡quizás hasta de coordinador! Y es aquí donde debemos poner atención y reflexionar, ¿quiero vivir este retiro porque me ayudará y es necesario? o ¿lo estoy queriendo vivir porque no encuentro otra forma de sentir la presencia de Dios o de llenar algún vacío o simplemente por que están padres? A esto comunmente se le conoce como retiritis. Y tranquilo, si así lo sientes no es el fin del mundo.

Claro, los retiros son momentos muy especiales, y cada uno nos ayudará de una u otra forma, pero si pasamos 1, 2 o más años, solo queriendo vivir retiros aquí y allá porque si, algo pudiera no andar bien. Como Cristianos, estamos llamados a conocer a Jesús y a estar con Él, pero también a darlo a conocer, a servirle y a amarle en todo y en todos. Nuestra vida debe ser una vida a ejemplo de Cristo, de servicio, de sacrificio, no solo de apartarse, como lo hacía Jesús con sus apóstoles, ¡ellos a la mañana siguiente salían a predicar, a servir, a acompañar a Jesús en su caminar!

Todo retiro te puede ser provechoso, todo retiro puede darte grandes frutos, solo no olvides reflexionar, si vivir tantos retiros en realidad no te está permitiendo salir al servicio, a compartir a Jesús en todo el mundo.

San Ignacio de Loyola, después de terminar sus Ejercicios Espirituales realizó hermosas obras para Cristo, fue a parar a los rincones del mundo de su época, padeció, predicó a miles, e hizo grandes cosas para el Reino de Dios incluso hasta tierras del medio oriente sin mencionar que teriminó por fundar la orden de los Jesuitas.

Si sientes que necesitas aquello que viviste en algún retiro, no olvides, que el mejor retiro lo tenemos cuando queramos en la capilla de adoración, ahí no está una dinámica, un video o algún tema que habla de Jesús, ahí está Jesús mismo, encarnado por amor a ti y a mi, y la mejor oración que puedes escuchar es la que sale directo de tu corazón al corazón de Jesús. Puedes consultar una guía de adoradores aquí o bien, usar Rezandovoy para que te acompañe con un mini retiro diario en tu casa, escuela, en el carro, etc. Recuerda, vive con toda la pasión cada retiro, pero nunca olvides que Jesús está siempre ahí para nosotros y que nos lanza a una misión. Siempre.

Existe aquella cita de 1 Tesalonicenses 5:16, «Oren en todo momento», que nos recuerda que es en todo momento de nuestras vidas en que podemos orar y tener ese encuentro con Jesús, no es necesario un retiro, un congreso o un evento especial para poder hacerlo, es tan sencillo como pedir y dar gracias a Dios.

Si aún así tienes dudas, o inquietudes, acércate con un coordinador que ya tenga tiempo en la comunidad y externale tus dudas, seguro te podrá a ayudar en lo que necesites.