Cientos de jóvenes comenzaron este fin de semana el nuevo curso de Formación Espiritual 17.1  para continuar su camino de preparación a fin de servir a la Iglesia y al mundo buscando ser discípulos de Cristo. 

Formación Espiritual Sábados

El curso comenzó con una Misa, pidiendo a Dios que permitiera a los nuevos jóvenes que entran al curso, conocer y profundizar más en su relación con Dios para llegar a ser cristianos preparados para dar un servicio de acompañamiento a otros jóvenes.

Después de terminar la Santa Eucaristía, el equipo de coordinadores prepararon un Walking Tour, que como describieron los coordinadores, «es un recorrido por el área de la capilla para que conozcan los espacios que usamos como los lugares de predicación, acompañamiento y de oración».

Un área importante del curso, es la oración, el encuentro con Cristo, por lo que los coordinadores comenzaron a compartirles sus primeras herramientas/modalidades de oración como su primer momento de formación.

Para terminar, se pasó a repartir los equipos (o comunidades) con las que los jóvenes compartirían el resto del curso junto con un momento de convivencia que les ayudó a conocerse y a romper el hielo.

Formación Espiritual Domingos

Con una asistencia de alrededor de 75 formandos se vivió un día de intensa actividad orientada a la introducción al curso con el fin de mostrarles desde un inicio el objetivo del curso basado en la cita de Marcos 3:13-15

Antes de dar inicio al curso, los coordinadores se reunieron a las 7:30 de la mañana para rezar la liturgia de las horas. Una vez que llegaron los nuevos formandos (nombre que le dan a los jóvenes que cursan formación espiritual) se celebró la Sagrada Eucaristía presidida por el Padre Francisco quien les animó a perseverar en este proceso de formación.

Para continuar, tuvieron alabanzas dentro de la capilla, las cuales terminaron en un momento de oración y meditación guiada para darles a conocer que la oración debe ser hecha desde el fondo del corazón.
Posteriormente, los nuevos jóvenes disfrutaron a una dinámica de integración que les ayudaría a conocerse, compartiendo como Dios había marcado la vida de cada uno y como había sido ese encuentro con Dios, así como una actividad bíblica en la que los jóvenes les explicaban como Dios nos llamó a estar con El, para predicar y expulsar demonios.
Al terminar la dinámica, pasaron al kiosco para darles una última bienvenida al curso, motivándolos a seguir perseverando en su camino de fe y servicio.
Por último, como es la tradición, se tomaron la primera foto coordinadores y formandos en la capilla.