Este pasado sábado 11 de noviembre, la comunidad de Tec, coordinadores, masters y papás, llevaron a cabo su retiro 17.2 en el Jardín de niños «Niña Magdalena Aceves García», aquí los detalles.
Su día inició con una gran alegría al expresar su amor a Dios por medio de una sesión de alabanzas, la cual fue un momento que los padres y los masters vivieron juntos. Al terminar, se separaron masters y padres para que cada quien pudiera vivir su retiro correspondiente.
Jerry García, coordinador del grupo, formó parte del retiro de los masters y menciona que en el tema de «Reconocerse como hijos de Dios», se llevó a cabo un corto sketch en el que Jesús cura a una ciega. Momentos después, los masters reconocieron sus pecados y que son hijos de Dios.
Para el segundo tema, se realizó una pequeña dinámica la cual trataba sobre un circuito de obstáculos, en el que los masters debían pedir ayuda a Jesús para poder pasarlos, la meta siendo el Santísimo en donde finalizaron la dinámica con un momento de oración.
Otra dinámica que se llevó a cabo fue explicar cómo el pecado nos mancha y con ello, se les dio una foto a cada master que ellos mismos tuvieron que limpiar para darse cuenta que quiénes se encontraban en aquella foto eran ellos. Esto lleva a la reflexión de que Dios perdona nuestros pecados sin importar que tan grandes sean.
Después se realizó un muy especial tiempo de liturgia penitencial, donde se expresan los diversos aspectos de la conversión y la fe como aceptación de Jesús como Salvador; este fue un momento muy emotivo para todos ya que fue un momento de reflexión intensa. Para finalizar con este tiempo de reflexión, hubo otra dinámica en la que se encontraban en un cuarto oscuro donde tenían que encontrar la salida y Dios era su luz para poder salir de tal cuarto.
Al terminar con broche de oro, la comunidad vivió la Santa Misa para recibir a Jesús Eucaristía. La Misa fue algo dinámica ya que el padre les hizo muchas preguntas y por contestarlas recibían un chocolate, y en forma de juego «a los fans del cruz azul» se les daba todavía más dulces. Fue una Misa llena de alegría, amor y paz, una misa donde todos los masters comulgaron y se llenaron de Jesús.
Por Erendira Romero