La escuela se acabó y las vacaciones de verano han comenzado. Tal vez esto significa que  Netflix será tu mejor aliado y dormirás hasta las dos de la mañana. O tal vez tienes un exigente trabajo de verano, clases de verano rigurosas, o viajes emocionantes en los próximos meses.

Sea cual sea tu historia, es crucial que un descanso de la escuela o de los cursos parroquiales no se convierta en un descanso de Dios. A medida que cambie tu horario y tu comunidad, es importante desarrollar un plan para mantenerse enfocado en la única cosa que no está cambiando: el Padre Celestial.

Así que toma ese lápiz una vez más (o abre la app de notas de tu teléfono), es hora de la tarea más importante del año: un plan de oración de verano.

1) Haz un horario

¿Cuántas veces hemos querido despertarnos para la misa diaria en vacaciones, o hacer un viaje a la capilla de la Adoración … pero nunca sucede? Nuestra alarma suena pero terminamos recordando todas las razones por las que debemos quedarnos en casa en su lugar. Terminemos la siesta.

No querrías dormir en clase si quisieras pasar la materia, así que ¿por qué dormirnos en la oración si quieres crecer en tu relación con Dios?

Así que, lo primero es lo primero. Haz un horario. Programa un plan básico de cada día de la semana: despertar tiempo, trabajo, comidas, y … oración! Trata este tiempo de oración como clases en tu horario escolar. Es -en todo sentido de la palabra- tiempo sagrado. Planea tus compromisos alrededor de este bloque de oración siempre que sea posible. Y lo más importante, se constante! Los nuevos hábitos toman tiempo, pero recuerda que el tiempo en la oración nunca es desperdiciado.

2) Ponte una meta

¿De qué manera te gustaría que tu oración creciera este verano? Elige una meta que sea única para ti. Aquí hay algunas ideas:

El Rosario: si solo tienes 15-20 minutos de tiempo para orar, o deseas orar mientras estás de viaje, debes hacer que el rosario sea tu meta de oración. La intercesión de la Santísima Virgen hará maravillas en tu vida espiritual a través del hermoso rezo de esta oración.

Coronilla de la Divina Misericordia: Si tienes un lapso de atención corto y quieres empezar con pequeños trozos de tiempo, o si te sientes atraído por la misericordia de Jesús, entonces es para ti. Corta pero poderosa, es un gran recordatorio diario del amor de Cristo por nosotros.

Lectura espiritual: Tal vez quieres mejorar tu búsqueda intelectual de la fe. Recoge una lectura espiritual, nueva o vieja. Desde Aquino a Agustín a Mark Hart, las lecturas espirituales sin duda harán que pienses en las profundidades del amor de Dios por ti. Algunos de mis favoritos: San Juan Pablo el Grande: Sus Cinco Amores por Jason Evert, La Libertad Interior por el P. Jacques Philippe, La Cena del Cordero: La Misa como Cielo en la Tierra de Scott Hahn.

Adoración: Si quieres crecer en el amor a la Eucaristía, el tiempo de oración delante del Santísimo Sacramento es el camino a seguir. A veces puede ser un reto sentarse en silencio, pero el Señor a menudo provoca una gran contemplación mientras nos sentamos cara a cara con Su verdadera presencia. Siéntate libre de traer un diario, libro, o cualquier otra forma de oración para incorporar en con este tiempo en Adoración.

Misa diaria: La misa es la fuente y la cumbre de nuestra fe, así que ¿por qué no ir todos los días? Comprometerse a misa durante todos o algunos de los días de la semana puede ser un reto y una bendición hermosa. Es una gran manera de reunirse con la Iglesia, recibir la paz de Cristo y centrarse en un día agitado. Si tienes el tiempo para que funcione, puede ayudar!

3) Responsabilidad compartida

Tu vida de fe no es individual. Por eso, juntos, formamos el Cuerpo de Cristo conectado, unido y uno.

Por esta razón, es importante elegir un amigo responsable. Hazle saber tu plan de verano.  Mediante el moldeo de amistades arraigadas en Cristo, te sorprenderás del nivel de ayuda y apoyo que se desarrolla en estas relaciones. También es una gran manera de recordar que, no importa la distancia, siempre estás unido a tus hermanos y hermanas espirituales.

Es igualmente importante recordar orar por el Cuerpo. Dile a un amigo o a una comunidad que estarás orando por ellos, y luego hazlo. Y así como pedimos oraciones en nuestros tiempos de necesidad, también debemos apoyar a nuestros amigos cuando experimentan estos tiempos difíciles.

Permanecer enraizado en tu vida de fe este verano es mucho más que tu propia vida de oración. ¡Una vida sana de oración tiene un efecto masivo en todos los que confían en sus oraciones!

4) Adaptar y mantenerlo real

De acuerdo, seamos reales. Los pasos 1-3 parecen un sólido punto de partida, pero … la vida pasa. Tal vez es difícil promulgar las metas que establecimos debido a un cambio inesperado de planes, pasando mucho tiempo con la familia, o un horario más ocupado de lo que pensábamos. Y … está bien!

Las molestias y los juicios de la vida cotidiana pueden hacer que nuestro plan sea más difícil de seguir, pero eso lo convierte en un acto de amor aún mayor cuando lo seguimos. Sí, es posible que tengamos que adaptarnos para ser razonables, pero adaptarnos no significa que renunciemos a nuestro plan. Significa revisar y permanecer decididos a no abandonar nuestra búsqueda de la santidad, sin importar los obstáculos. Después de todo, Dios no se rinde con nosotros.

Un punto central para ser constantes es la idea de que hacer objetivos razonables. Si ir a la misa todos los días pondrá una presión sobre nuestras otras obligaciones, puede que no funcione en el plan de verano. Pronto podría pasar que la oración se convierta en una tarea o carga, en lugar de una meta que podemos lograr para crecer.

Recuerdo un verano en el que no pude llegar a misa durante la semana debido a mi horario de trabajo. Al principio intenté faltar a las comidas o a las reuniones para que funcionara, pero no podía mantenerlo por mucho tiempo. Yo pasaba por la Iglesia y tenía hambre de la Eucaristía más de lo que he tenido en mi vida. Sin embargo, debido a esa falta, aprendí a querer más a Dios, y recogí otros hábitos de oración que me ayudaron a mantenerme conectado. Dios usó mi plan loco para hablarme de maneras nuevas e inesperadas. ¡Y puedes estar seguro de que Él hará lo mismo por ti!

¿No puedes llegar a la capilla? Ora en movimiento. Pasas mucho tiempo con la familia? Convierte eso en una oración! Ama a Cristo a través de todo – ad majorem Dei gloriam – todo para la mayor gloria de Dios.

5. Se firme

Plan listo? Ahora es el momento de ponerse intensos.

La verdad es que las vacaciones de verano son una prueba perfecta para nuestra fe. Honestamente, la fe no es mucho si es fácil. Así que ahora Dios nos está preguntando, ¿lo amaremos cuando sea difícil? ¿Rezaremos incluso cuando nuestros amigos católicos estén lejos o cuando estamos en una rutina desconocida? ¿Nos damos cuenta de que la unión espiritual supera la unión física con la que nos hemos vuelto cómodos? ¿Nos damos cuenta de que Dios nos está esperando?

La escuela puede estar en descanso, pero nuestro llamado a amar a Dios profundamente es más fuerte que nunca.

Por Faith Noah, de Lifeteen